Muchos de los problemas de calidad de aire interior comienzan con goteras, inundaciones, o excesiva humedad. Cuando esto ocurre, se produce una explosión en la población de ácaros, hongos, bacterias y otros microorganismos.
Aunque es normal que haya ácaros, hongos, bacterias… en el aire. No obstante, bajo condiciones de excesiva humedad las concentraciones pueden ser excesivamente altas, especialmente dentro de edificios.